PRÁCTICA GRUPAL. ÁLBUM SILENTE.
Tras la clase magistral del profesor Martínez-Carratalá, nos pidió poner en práctica todo lo aprendido con un libro ilustrado que nos facilitó. Los integrantes de este grupo le hemos puesto palabras al libro ilustrado de Issa Watanabe llamado Kintsugi. Como dato a destacar de este álbum, nos gustaría decir que ha recibido dos premios muy importantes recientemente: El premio Bologna Ragazzi en la categoría de Ficción y el Premio Andersen por Mejor álbum sin palabras. Toda una suerte habernos encontrado con este libro tan sensacional.
A continuación, detallaremos la secuenciación del álbum y un breve comentario justificando el texto que hemos creado.
Secuencia 1. Siempre nos gustaba tomar el té a las seis de la tarde, pero yo sí procuraba tener tiempo de tener la vajilla limpia entre té y té.
Secuencia 2. Pero conforme pasaba el tiempo cada día era más difícil coincidir.
Secuencia 3. Hasta que dejamos de hacerlo.
Secuencia 4. Un día se marchó y se llevó todo lo que conocíamos consigo.
Secuencia 5. Y le busqué, aferrándome al recuerdo,
Secuencia 6. El cual tenía la fortaleza de un corcel.
Secuencia 7. Fueron cien leguas de mal camino las que anduve.
Secuencia 8. También surqué los mares en tu búsqueda.
Secuencia 9. Me lancé al mar desesperado por si allí me estabas esperando.
Secuencia 10. Pero no te encontré.
Secuencia 11. En el camino conocí a muchas personas.
Secuencia 12 Visité algunos lugares a los que no regresaría.
Secuencia 13. Pero tu recuerdo seguía ahí.
Secuencia 14. Y me aferré a él con todas mis fuerzas.
Secuencia 15. Aunque sabía que lo que estaba haciendo no me llevaba a ninguna parte.
Secuencia 16. Un día me enfrenté a la realidad.
Secuencia 17. Y me dispuse a recoger los pedazos de lo que fue mi vida.
Secuencia 18. Al acabar, pude ver que, con paciencia, podía arreglar el estropicio.
Secuencia 19. En ese momento comprendí que siempre ibas a formar parte de mi historia.
Secuencia 20. Pero también supe que después de la tormenta podía volver a florecer.
Nos ha parecido un ejercicio muy provechoso y creativo el hecho de añadir texto a un álbum ilustrado sin palabras. Nuestro grupo ha añadido texto al álbum silente Kintsugi de Issa Watanabe. En ese sentido, las descripciones que hemos inventado para cada secuencia evocan una historia de pérdida, búsqueda y reconstrucción que resuena con la temática del libro.
Desde el inicio, con la rutina del té a las seis de la tarde, hasta el enfrentamiento con la realidad al final, cada secuencia cuenta una parte crucial de la historia emocional del protagonista. Por otro lado, se ha utilizado una referencia intertextual a Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. Al igual que el autor, se ha utilizado esta referencia para incidir en la mentira zafia en la que se basan algunas relaciones personales, donde solo se vive de las apariencias, como lo hacían los nobles británicos de hace siglos.
La narrativa se desarrolla a través de las imágenes, mientras que el texto proporciona una guía emocional, permitiendo al lector profundizar en la experiencia y conectar con los sentimientos del personaje. Las descripciones de las secuencias muestran una progresión emocional clara, desde la nostalgia y la añoranza hasta la aceptación y el crecimiento personal.
Otra de las referencias utilizadas es el título de la obra Cien leguas de mal camino, de Julio Monreal. Esta referencia se extrae de la existencia de un dicho popular que dice “son diez mil leguas de mal camino y las tiene que recorrer un cojo”, entendiéndose que el camino es largo y tedioso, por lo que es una muestra que el tránsito de una persona por momentos dolorosos como es el duelo no es un camino de rosas, más bien de dolor y sufrimiento. Cuando se habla del dolor se hace referencia a que tiene la fuerza de un caballo, ya que este animal es símbolo de valentía y fuerza, por lo que es una forma de incidir en el dolor que supone la pérdida de una persona que queríamos en nuestra vida.
A través de la pérdida y la búsqueda, el protagonista encuentra fuerza en los recuerdos y aprende a reconstruir su vida, incluso después de haber sido desgarrada por la partida de alguien querido.
La metáfora del Kintsugi, la práctica japonesa de reparar la cerámica rota con oro, se refleja tanto en la historia como en el mensaje final de esperanza y renovación. Aunque las experiencias dolorosas dejan heridas, también pueden convertirse en una parte valiosa de nuestra historia personal, recordándonos nuestra capacidad de sanar y crecer.
Por todo lo visto, valoramos muy positivamente esta práctica, pues la multiplicidad de significados que podemos añadir a una historia sin texto es prácticamente infinita. En ese sentido, desarrollar continuamente nuestras capacidades de imaginación y creativas es algo que no debemos dejar de hacer por mucho que avancemos.
Esperamos que os guste.
¡Disfrutamos mucho reinterpretando el significado de este álbum ilustrado relacionado con la cultura japonesa!
ResponderEliminar¡Fue una práctica bastante interesante!
ResponderEliminar